Cáncer cervicouterino
Se le denomina como "cáncer cervicouterino" (CCU) al tumor maligno que se forma de manera inicial en el cuello de la matriz, a partir de lesiones precursoras después de una infección por el virus del papiloma humano (VPH) así como de otros factores genéticos o ambientales.
Al avanzar las etapas del cáncer se vuelve visible durante las exploraciones ginecológicas, además de ocasionar molestias como el sangrado anormal, períodos menstruales irregulares o después de la menopausia, aumento de flujo de sangrado vía genital acompañado con otros factores como el mal olor, dolores de cadera o cambios en el peso.
Síntomas y focos de atención
En el caso de padecer este tipo de cáncer, los síntomas generalmente aparecen de manera temprana. Por ello se debe prestar atención a cualquier síntoma como los siguientes:
- Manchas de sangre o sangrado entre períodos menstruales.
- Sangrado menstrual más prolongado y abundante.
- Sangrado después o durante el coito, durante el lavado genital o examen pélvico.
- Secreción vaginal irregular.
- Dolor durante la práctica de relaciones sexuales.
- Sangrado después de la menopausia.
- Dolor pélvico o de espalda persistente y sin motivo.
Diagnóstico correcto del cáncer cervicouterino
Cuando se tiene sospecha de padecer este tipo de cáncer, o se presenta cualquier tipo de hemorragia o flujo de sangrado anormal de la vagina se debe hacer una inmediata investigación médica. Lo más común es realizar una prueba citológica (es decir, extraer una muestra de células del cérvix para evaluarlas en un laboratorio).
Las pruebas de Papanicolaou suelen ser los primeros indicadores para encontrar señales de cáncer de cuello uterino. Los médicos pueden realizar otras pruebas para afirmar el diagnóstico como la colposcopia o una biopsia para extraer muestras y estudiarlas al microscopio.
En caso de detectarse la presencia del cáncer cervicouterino pueden realizarse otros exámenes para determinar el estado y extensión de la enfermedad, los cuales pueden incluir análisis de sangre y orina o radiografías y exámenes por ultrasonido del área pélvica y abdominal.
Infecciones por el virus del papiloma humano (VPH)
Infectarse con el virus del papiloma humano es más frecuente en mujeres menores de 30 años. Se trata de una lesión precancerosa que puede evolucionar hasta un cáncer y causar una displasia cervical en un período de tiempo de 10 años o menos.
Nuevamente, la manera más fácil de detectar esta infección es mediante el papanicolaou, estudio que deben realizarse todas mujeres que iniciaron su vida sexual o que tienen más de 25 años de edad al menos una vez al año. Este estudio consiste en la introducción de un espejo vaginal que permite visualizar el cuello de la matriz y tomar una muestra de células para analizarlas.
Recomendaciones
Después de informar a su médico en caso de presentar cualquiera de estos síntomas y realizarse los exámenes correspondientes, las posibilidades de un tratamiento en caso de padecer la enfermedad en una etapa temprana mejoran en la prevención o curación de este cáncer.
El tratamiento depende del diagnóstico realizado y la extensión del cáncer identificada. Ambos factores influyen en la administración de una o más terapias como la cirugía (extirpación del tejido anormal), terapias de radiación para eliminar las células cancerosas después de la operación, o quimioterapias para destruir las células cancerígenas restantes.
Además de priorizar la detección temprana de estas lesiones también pueden tomarse algunas acciones de salud para fortalecer la prevención del cáncer cervicouterino:
- Vacunarse contra el virus del papiloma humano.
- Reducir el tabaquismo y la ingestión de bebidas alcohólicas.
- Evitar las prácticas sexuales de riesgo, así como usar adecuadamente los métodos de protección de barrera que protejan de infecciones de transmisión sexual.
- Realizarse la prueba citológica y llevar un seguimiento adecuado del registro de estos exámenes.